Margaritas

¿Me quiere?… ¿No me quiere?

Una margarita me dijo que su corazón pertenece a alguien más, una margarita me dijo que aún está tratando de olvidar. Ayer esa misma margarita me dio esperanzas y hoy me destroza el corazón. Rompe mis ilusiones con cada uno de sus pétalos, vuelve a repararlas con suspiros. Recoge mis lagrimas, se las lleva con el viento. Esa margarita ahora me dice que no puedo regresar, que su corazón está comprometido, hoy esa margarita me arranca los anhelos y se los guarda para ella.

La misma margarita que un día me prometió que todo iba a salir bien, el mismo jardín que susurraba su nombre. Margarita que me escuchó leer en voz alta los cuentos escritos en el fondo de mi corazón, que nunca abandonó las esperanzas de una película de romance. Hoy toma entre sus manos esas esperanzas y las lanza contra el piso. Un libro, una mirada. Una palabra, una sonrisa. Y a medida que la historia avanzaba, la cercanía aumentaba. Definiciones sin concretar, sueños sin aprobar y una eterna espera mirando el teléfono son lo que me queda.

¿Me quiere?… ¿No me quiere?

Veo su sonrisa en la soledad, sus ojos en la oscuridad. Escucho su risa en el silencio y me resuenan sus palabras mientras camino a casa.

¿Me quiere?… ¿No me quiere?

Porque yo sólo me siento en ese jardín, observando a mi alrededor y contando cada margarita que pierde la vida por él.

 

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